Acaparar tu cintura
Masturbar tus pensamientos
Resonarte mil horas
Malgastarte todo el mes de julio
Jugar a la rayuela
Saltar lo mas alto que deba
para pasarme de la raya
y coincidir con tus choques histéricos
Pararnos en el 8
y dibujar una palabra entre tus dedos
mancharlos de tiza
y lamerte las uñas hasta agotar tus sonrisas
Quiero que me mires hasta acabar. No te toco, no me toques.
Sentate acá y mirame hasta acabar.
Se sentó en el vértice de la mesada y apoyó sus piernas en las puertas de la alacena.
Ella sonreía mientras yo la miraba con mi mejor cara de pajera.
La miré como si ella fuese la mas puta de este pueblo. Quizá se lo creía y me hacía el show porno del año en vivo, en directo y vía entrepierna.
-Decíme puta- me pide y empieza a arrancarse la ropa.
Te diría puta hasta que te canses de escucharlo.
Hasta que me escupas del asco, puta. Hasta que me arranques los labios, puta.
Hasta que acabes en mi boca, puta. Hasta que te acalambres de tocarte, puta.
Tocáte puta
Movete puta
Puedo oler tu calentura desde acá.
Me acerco. La aprieto contra la mesada y le digo -te pensabas que solo iba a mirar?
La rozo con mi dedo en su punto mas vulnerable y no lo muevo. Lo dejo ahí.
Estático.
Juego con su impaciencia.
Desesperate puta.
Volvete contorsionista y mostrame tus miles de movimientos animalados.
Estabamos en casa y apareció un perro. Yo ya tenía tres pero igual lo adopté. Le puse "Fuji". Y aclaro que no lo nombré asi ni por Fujimori ni por la casa de fotografía ni por el repelente de insectos. Le puse asi porque se me cantó y punto. Yo tengo dos hijos y Fuji intentó morder a uno de ellos. Le dije a mi marido que se lo lleve. Lo cargó en la camioneta y se lo llevó. Me dijo que anduvo 20 kilometros, lo dejó y se fué. Tema solucionado. Al otro día nos despertamos y mientras preparaba el desayuno me dice: -Mirá quin volvió! Era Fuji. De vuelta en casa. Se lo veía cansado, agobiado y lleno de abrojos. Nosé como hacen los perros para volver de tan lejos y más donde vivo yo que es todo bosque. Y ahora que hacemos con Fuji? Yo no lo quería aca y mi marido tampoco. Se pasó tres dias dando vueltas. Los unicos que jugaban con él eran los chicos. Mi marido no lo podía ni ver, ya estaba harto de tanto perrerio. Al cuarto día se largó una tormentade la gran siete! Fuji se metió en el garage con el negro y sultán. A la noche vino mi marido con el vecino. Se iban a cazar. Prepararon la comida que iban a llevar. El nene mayor estaba ilusionado con ir pero mi marido me dijo que mejor no, que era peligroso.-Vieja!, querés que me lleve al negro y al Fuji a ver como le va en el campo? Por ahí es buen cazador, no Fuji?- Le pregunta mientras lo palmea. Yo ya no puedo ni ver a ese perro.
Foquitos de luz de 100 watts.
Son diez.
Ordenados en círculo sin fin y bailan entre sí.
Entre sí bailan.
Se encienden.
Se apagan.
El de mas arriba mira al de mas abajo y lo saluda en flash.
Se desarma el círculo.
Descontrol.
-Me visto y voy...pero dentro de un ratito....Mmmmm...Esta tan buena la cama...Bueno...1, 2,3...3...3...3...1, 2,3. Ahhhh mierda!! Listo!!! Ya!!! Voy por esas medialunas.
Iluso él que pensó que me voy a comprar medias lunas!!
Que nervios! Es la primera vez que me voy a casar con alguien. Aparte, todo secreto, y escaparme así de todo... no se...
Y si me vuelvo a la cama con las medias lunas???
No! No! Tengo que ser fuerte y sostener todo esto que arme. Lo llamo.
-Mi amor prepará los papeles que ya llego, estoy a cinco cuadras.
Ufff! Ya esta!
MIEDO.
MIEDO.
Mejor no, doy la vuelta y lo llamo al otro que quedo en casa. Lo llamo.
-Mi amor prepara la mesa que ya llego estoy a cinco cuadras.
Estoy a cinco cuadras de todo...
Cinco cuadras.
Derecha o izquierda???
Derecha!!
Doblo a la derecha y dejo atrás la panadería.
-Hola mi amor!
Abrió un cajo, lo cerró.
Todo esta desordenado.
La habitación blanca empezó a llenarse con cajas y papeles después de ese viaje. Ese viaje... que viaje se mando!
Dejo las cajas entre abiertas, desordenadas, libres al sol que entraba por el gran ventanal que daba al jardín.
Sube, baja.
Busca y no encuentra.
Al fondo entre la lámpara y la caja 320. Espejos y luces llamaron la atención.
El corazón sobrelate y la sangre corre.
Te subís al ascensor. Estás acelerado. Mas bien sacado.
Te paras ahí donde mas te gusta, en la esquinita justo abajo del botón con el nro 4.
Te encontrás en el espejo. Vés que tus ojeras se resaltan como queriendo avisar algo.
Querés ver tus ojos de cerca. No te animás a dejar tu lugarcito y te sentís un pelotudo.
Pensás: -Qué pierdo si me muevo 2 pasos mas para delante?
Sonreís y te acercas al espejo. Mirás tus pupilas que están a punto de estallar.
Tu ojo es pupila, ya no hay ojo. Te asustás, tu piel emana paranoia. Sentís claustrofobia.
Querés salir de ahí dentro, no podés. Movés tu cabeza para todos los costados y las 2 personas que acompañan tu subida se multiplican por mil.
Todo es hermetico. Deseás ser transparente y desaparecer. La gente te mira como a un loco.
Vos sabés con firmeza que no estas loco y repetís con una voz fuerte y viril "no estoy loco"
"no estoy loco" Cuanto mas repetís esa frase, mas se asustan. Te miran con terror.
Transpirás y estás palido. Lo vés claramente en tu reflejo. Tenés pánico de desmayarte. Respirás profundo. No! no! -pensás- si respiro asi es peor. Respirás despacio.
Por tu cabeza pasan millones de pensamientos y hay uno que es casi constante "me voy a morír". Se detiene el ascensor. Inspirás profundo y la exalación del aire te devuelve el color.
Se abren las puertas y salís apurado. Escapás de esos 2 pares de ojos que miran aterrados.
Te perdés rápidamente entre la gente que va y viene y pensás: "Acá no pasó nada".