Cerró y abrió.
Abrió un cajo, lo cerró.
Todo esta desordenado.
La habitación blanca empezó a llenarse con cajas y papeles después de ese viaje. Ese viaje... que viaje se mando!
Dejo las cajas entre abiertas, desordenadas, libres al sol que entraba por el gran ventanal que daba al jardín.
Sube, baja.
Busca y no encuentra.
Al fondo entre la lámpara y la caja 320. Espejos y luces llamaron la atención.
El corazón sobrelate y la sangre corre.

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