Pobre miserable! Se pasa horas y horas ahi sentado. Mirando una pantalla.
Todo lo compró de oferta, la computadora, la mesa, y la silla.
-La sillaaaa!!!!- Piensa libidinosamente. Tanto que si tuviese un agujero se la bombea.
Se posa firme ante ella y piensa -Fabricarán de estas con agujeros? Si invento una me lleno
de plata! Cómo no se le ocurrió a nadie? Qué carajo les pasa a los hombres? Soy un groso,
esto es una mina de oro. Jeje mina, minita. Basta basta ke se me para el pito y todavía ni me senté.
Se desnuda para empezar a disfrutar de lo que vendrá. Todo esta impecable,
ordenado y pulcro. La silla se resalta por sobre todo el paisaje tiesa y erguida.
Se prepara un té de rosa mosqueta y manzanilla mezclando dos saquitos diferentes
porque asi queda mas rico y lo apoya al lado de un enorme cenicero lleno de colillas naranjas
que se entremezclan con las cenizas acumuladas.
Se suena el cuello con un movimiento brusco y se sienta. Mira durante varios minutos a su alrededor, y afirma: -Ahora todo se ve diferente, mmmmhhh hasta el té tiene otro sabor!
jaja ke puto suena eso! Sabor. Vos no escuches que bien macho soy.-
Enciende un cigarro y piensa que pitarlo ahí sentado lo hace verse mas elevado, y
mas ansioso ke de costumbre comienza a mirar la pantalla -aahhhhhhhhhhhh!!!!!!, ahora sí!!!!!!,
una buena paja y a la cama!- La paja. Su ritual, su día y su noche, sus horas no contadas.
A veces, si se concentra, hasta puede ver su reflejo y eso sí que lo hace muy feliz. Lo excita y
lo potencia. Cada noche se esfuerza sistemáticamente para verse mientras se hace la paja.
Con la silla nueva es mucho mas fácil. Antes se sentaba en el piso y la cerámica le daba
frío en el culo. Aprieta la silla con sus manos y desenvuelve el recuerdo punzante del frío
anal. Se revuelca mentalmente en la sensación acolchonada y suave adonde ahora apoya su culo.
El respaldo con cada dia ke pasa y con la cantidad de sacudones que le dá antes de acostarse
se va torciendo, y ya ni erguido se puede sentar!. -Carajo! tengo que poner un almoadon para simular que sigo creyendo en todo lo que va a venir. Muchas pajas más!! jajajaja!!-
Y simula que esta cómodo y derecho. Y sostiene sus gestos, pero ya no sonríe.
Ni su reflejo encuentra, ya ni puede concentrarse. Percibe
que nunca va a sentirse como ese día en donde todo fué nuevo para él.
Toma un sorbo de té, pita su cigarro y se reclina para atras,
el respaldo se quiebra y el fierro que lo sostiene atravieza su cervical.
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